“Novi@s” por Internet

Hace poco un chico me preguntó que si sería quería ser su novia por Internet. Por poco me muero de la risa. No porque me estuviera burlando de su petición y mucho menos de él. Simplemente me hizo recordar experiencias pasadas y tuve que reír.

Y es que, para algunas personas, las relaciones de “noviazgo” por Internet son una estupidez, o una locura, un imposible o algo irreal. Para otros son una relación tan real como los noviazgos “en vivo y a todo color”.

Aclaro que una cosa es una relación de larga distancia, donde uno vive lejos (físicamente) del otro y por eso mantienen contacto por Internet; y otra cosa son las relaciones en las que aún viviendo cerca las personas deciden mantener su idilio por Internet exclusivamente.

De hecho, hay personas que están casadas (o en una relación de noviazgo formal) y “por el lado” mantienen una o más “novi@s cibernétic@s”.

Les cuento que hace unos años tuve un novio cibernético. Un Tunisino que vivía en Estocolmo (Sweden) a quién conocí en un “chat”. Era cómico hasta poder entendernos, porque él casi no hablaba ni Español, ni Inglés (sino Árabe e Italiano) y yo solamente entendía algo de Italiano pero nada de Árabe (poco a poco fui aprendiendo). Estuvimos conociéndonos un tiempo a través del “chat” y al cabo de unos meses decidimos intercambiar números de teléfono. Nunca olvidaré esa primera llamada. ¡La emoción fue tan grande!

Y así estuvimos “chateando” y llamándonos por algún tiempo, hasta que finalmente nos “hicimos novios”. En realidad ni yo le pedí que lo fuera, ni él me lo pidió a mí. Simplemente así se dio. Éramos “novios” y punto.

La “relación” duró casi 2 años. Intercambiábamos fotos, me enviaba regalos y cartas románticas (las cuales aún conservo), hablábamos horas por teléfono o por “chat” de voz, etc.

Al cabo de un tiempo conocí a alguien en mi oficina con quien comencé una amistad (que luego pasó a ser un “noviazgo real”) y la “relación” con Hamza (mi querido Tunisino) fue quedando en el olvido. No fue fácil terminar (o romper) con aquel noviazgo cibernético, especialmente porque él se había hecho de esperanzas de que algún día se concretizara algo más. Lamentablemente siempre supe que eso jamás sucedería por complicaciones por su nacionalidad y otras situaciones que no vienen al caso, pero nunca olvidaré todo lo que aprendí y lo que compartí con esa persona. Tampoco me arrepiento de lo vivido porque me ha hecho comprender las situaciones que atraviesan otr@s ahora y me puedo identificar con ellos.

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