Tuesday, October 24, 2006

“Lo que yo hago,…

tú no entiendes ahora; más lo entenderás después.” Juan 13:7

Esa fue mi “Promesa Viviente” para hoy.

Llegué a la oficina y abrí mi cajita como hago todas las mañanas para ver cual era el verso Bíblico de hoy y eso es lo que me sale. ¡Wow! ¿Será casualidad que eso que dice contesta mis interrogantes de anoche justo antes de dormir?

Durante las pasadas semanas mi vida ha continuado normal, feliz (como siempre) y haciendo mil cosas. Sigo trabajando, yendo a la universidad, a la iglesia (bueno, no tanto como quisiera), atendiendo mi casa, a mis hijos y a mi esposo.

Cada día doy gracias a Dios por la misericordia que ha tenido conmigo y por su gran amor manifestado en cada cosa que sucede conmigo, con los míos y a mí alrededor. Tengo un esposo maravilloso, que me ama inmensamente, unos hijos preciados, inteligentes y saludables; soy inmensamente feliz.

En medio de todo esto surge de momento el recuerdo de distintas etapas en mi vida y no puedo evitar el sentirme mucho más feliz aún. ¡Definitivamente soy bendecida!

Anoche, sin embargo, recordaba a mi gorda bella; aunque en realidad la recuerdo a diario. Pero anoche recordaba específicamente nuestras aventuras juntas, las travesuras que hacíamos, los secretos que SIEMPRE me guardó y sus últimos años de vida. Entonces, me sentía triste. Pero no porque haya muerto, porque el que cree en Jesús, “aunque muerto vivirá”; sino por las distintas emociones que cruzaban mi mente al recordar tantas cosas.

Entonces comencé a preguntarme las cosas comunes que me imagino se pregunta todo aquel que ha perdido un ser amado. ¿Por qué fueron tantos los que la abandonaron en su peor momento? ¿Por qué algunos fueron tan crueles? ¿Por qué murió siendo tan joven? ¿Cuándo dejaré de sentir este fuerte dolor? En fin, me preguntaba muchas cosas; a las que no hubo contestación.

Bueno, hasta ahora que leo mi “Promesa Viviente” de hoy…

“Lo que yo hago, tú no entiendes ahora; más lo entenderás después.”

Padre, gracias porque aunque en estos momentos no entienda muchas cosas, hoy más que nunca tengo convicción de que tienes todo bajo control y de que, en TU momento, me harás comprender. Gracias porque para los te amamos todas las cosas obran para bien.

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Tuesday, October 17, 2006

Accidente…

Hoy leía en uno de los periódicos de mi país una noticia sobre un niño, de 4 años de edad, quien falleció luego de hacerse un disparo con el arma de su papá; una Smith & Wesson de 9 milimetros.

En la nota periodística citan a un pariente del niño diciendo que “Los padres amaban a ese niño, su único hijo. Especialmente ese papá, bien amoroso, lo cuidaba, lo celaba. Siempre estaba bien pendiente de él”. Sí, bien pendiente que estaba; especialmente del arma que lo mató.

Hasta ahora se ha catalogado esta tragedia como un accidente. ¡Caramba! No puedo evitar pensar que este “accidente” pudo haber sido evitado.

Si fuese la primera vez que ocurre un caso como éste, uno podría pensar en “accidente” como la palabra para describirlo. Este caso a lo que me lleva a pensar es en la de veces en que pasan cosas como estas y la gente no escarmienta.

¿Acaso los que tienen armas no aprenden de la tragedia agena?

Digo, porque si yo tuviese un arma me aseguraría de TODA manera posible de que NADIE, absolutamente NADIE pudiese tener acceso a la misma. Y definitivamente me aseguraría de que estuviese fuera del alcance de los niños especialmente.

Aunque no me toca juzgar a nadie, no puedo evitar pensar que ese padre ha sido responsable, por no decir CULPABLE, de la muerte de su hijo. Es como si él mismo hubiese halado el gatillo. Porque dejar un arma, cargada, al alcance de un nene de 4 años de edad es como parársele de frente con la 9 milímetros en mano y haberle disparado directo al corazón.


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Thursday, October 12, 2006

Algunos sufren de imbecilidad estupidizada e idiotizada crónica…

"Todo lo que se escucha (en la radio) es de nalgas, culos y tetas y me entristece porque hay tantas cosas bonitas que no las dicen; bonitas y feas que las tienen que decir, y por eso Calle 13 está ahí", manifestó René, de Residente Calle 13, a la prensa en estos días.

Se me cayó la quijada al suelo. De eso se puede quejar cualquiera en Puerto Rico y en cualquier otra parte del mundo. Es cierto que eso es lo que sucede con la radio (y la televisión) hoy día. Pero que lo diga alguien que incluye en sus líricas estribillos como este:

Yo te lo juro de que por ley
Aquí to'a las boricuas saben karate
Ellas cocinan con salsa de tomate
Mojan el arroz con un poco de aguacate
Pa' cosechar nalgas de 14 quilates

No sé, pero como que uno de los que menciona “nalgas” es el mismo René (o Residente).

¿O qué tal este?

Me gusta como me guaya tu papaya
Si tu vas pa allá uva, guaya
Q ella va con guayaba pa´allá va
A quitarte el diablo de encima
Salamaya
Se te ve la raya, la partudira
La q divide la blancura de tus nalguras, dura
Tu eres pura sangre, sangre pura
Por ti dejo el celibato y me quito´e cura
(me lo juras?)
Nah, ni pa´tanto bueno...
Después de q me des el canto
Yo voy a to´as contra cualquier santo
Asalto 4 bancos y me tiro de un barranco.
Y aveces me tranco pero q me quede manco
Le guayo el calanco con su pantaloncito blanco
En el cual se le brota la pandorca,
Abusadora, despues q la crias la ahorcas
La tiene a dieta pero como quiera está gorda
No come maíz pero le gusta la mazorca
Si se prende en fuego ahi q pegarle la manguera
Seguimo´ en la pichaera


Como si en Puerto Rico no supieramos que “pandorca” se usa para referirse a la vagina de la mujer. Y ni se diga de eso de “después que la crías la ahorcas”. Todos sabemos a qué se refiere. No. Pero tampoco reconocemos el uso de palabras como "papaya", "calanco", "mazorca" y otras más.

Debió haber comenzado diciendo que reconoce haber sido uno de los que en sus canciones” ha hablado de nalgas, tetas y pandorcas, y que eso lo entristece pero que está arrepentido" (si es que lo está) y que ahora desea hacer “solamente” lírica de contenido social.

Nada. Que todos cometemos errores, todos tenemos derecho a recapacitar y a cambiar de forma de pensar y de ver las cosas. Pero eso hay que establecerlo claramente. Porque todos hemos sufrido de imbecilidad estupidizada e idiotizada crónica...


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¿Serán brut@s o se hacen?

Definitivamente los foros de Internet no son para gente bruta y sin falta de oficio, exclusivamente. Tengo que decir que allí conocí a mucha gente educada y profesional; también a mucha gente decente; y que quede claro que lo uno no tiene que ver con lo otro necesariamente.

Sin embargo, en el mundo de los foros se da uno con cada clase de personaje... Hay mucho vulgar y chabacano.

Mire, y no es que una sea santa, ni que crea serlo; pero sinceramente las suciedades que escriben algun@s son como para dejar a cualquiera con la boca abierta. Y no me refiero a palabras feas, o malas palabras, sino a cafrerías y vulgaridades. Tanto que se quejan algunos del peligro que existe para los niños hoy día con lo que pueden ver en Internet y son ell@s mism@s quienes se expresan de una manera que deja mucho que desear. Me pregunto si le hablaran de esa forma en que escriben en los foros a sus hijos, y familiares. Posiblemente sí.

Otra cosa que sucede en los foros es que algun@s acusan a otr@s de ser chismos@s, pero se les olvida medirse con esa misma vara que miden.

Recuerda que los que participan por un lado también participan por otro; que lo que escribes en un lugar PUBLICO puede ser leído por muchos; o por lo menos por alguno que sea suficiente como para usarlo en tu contra (o a veces a tu favor).

Siempre digo que hay que tener cuidado con lo que se escribe y dónde se escribe. Si te pones a escribir babosadas en un foro y lo usan en tu contra (en ese mismo foro o en otro) no te quejes. ¡No seas brut@!

¿O, será que te haces?


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Monday, October 09, 2006

Murió uno de mis grandes amores…

Este pasado fin de semana tuve la pena de tener que lidiar con la muerte de uno de mis grandes amores: Sandra. Más que mi UNICA amiga de la infancia, Sandra era mi hermana.

Su madre y la mía se conocieron en sus años de juventud, antes de casarse o de tener hijos y se hicieron amigas. Esa amistad aún dura aunque lamentablemente no con la misma intensidad que en aquellos años. Sin embargo, era natural que Sandra y yo fuésemos amigas. Nos veíamos a menudo, compartíamos muchas actividades y fue naciendo así una amistad muy profunda. Sin embargo, lo que comenzó como una amistad de niñas y luego de jovencitas se convirtió, sin darnos cuenta, en una hermandad.

Recuerdo que su padre era muy estricto y no la dejaba salir ni a la esquina; a menos que fuese conmigo o con mi familia. A donde único podía ir a quedarse un fin de semana sin que Raul protestase o diese mucho problema era a casa de Zory (mi mamá). Sandra era otra hija para mi mamá; o por lo menos así lo veíamos nosotras.

Recuerdo como nos amanecíamos hablando babosadas y escuchando música. Nos gustaba inventar en la cocina, hacerle maldades a mi hermano y hablar de chicos.

A los 17 me fui de Puerto Rico a vivir a Estados Unidos pero eso nunca afectó nuestra amistad. Siempre nos mantuvimos en contacto y cuando venía a Puerto Rico “de vacaciones” Sandra se mudaba para casa conmigo por el tiempo que fuese.

Cuando regresé definitivamente a Puerto Rico, Sandra me sorprendió porque se había convertido, durante esos 7 años, en la mejor amiga de mi hermano también.

Mi hermano se casó y tuvo sus hijos. Yo me casé y también tuve los míos. Sandra nunca se casó pero sí tuvo hijos; no de ella, sino los nuestros. Y aparte de los nuestros tuvo muchos otros más. Sandra se dedicó a cuidar niños con su mamá y tan buen trabajo hizo que hasta los más grandecitos siempre mantuvieron una relación cercana con ellas.

Sandra fue un ser extremadamente especial. Siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás, aunque fueron muchos los que se olvidaron de ella en sus momentos más difíciles.

Un día enfermó seriamente y solamente algunos nos mantuvimos ahí de alguna manera; ayudándola, soportándola, visitándola, amándola. Aunque lo esperaba ya hacía algún tiempo, no puedo negar que su muerte me tomó por sorpresa. Aunque sé que en esta nueva etapa de su existencia estará mejor, porque fue a morar con nuestro Creador (de eso tengo convicción plena), no puedo negar que en mi naturaleza humana y egoísta la extraño.

Definitivamente, Sandra no era mi amiga; era mi hermana.

Lo paradójico de todo esto es que por un lado siento una alegría profunda porque sé que ahora está mejor y no sufre y porque TODOS mis recuerdos de ella son buenos, alegres y significativos; pero por otro lado siento un profundo dolor emocional y físico. Un dolor que no se puede definir con palabras.

Estuve ahí para ella y la amé. Ella lo sabe porque se lo dije muchísimas veces. Le decía que era el amor de mi vida y no mentía al decirlo. Lo fue y siempre lo será.

Me queda la fe de que la veré nuevamente algún día y eso me fortalece y le doy gracias a Dios por haberme permitido tener la dicha de tener a alguien tan especial en mi vida y porque ella sí llegó a ser uno de mis grandes amores… Ahora entiendo porque dicen que el verdadero amor NUNCA muere.

Sandra Ivelisse Pizarro Camacho
7 de agosto, 1969 – 5 de octubre, 2006

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