Thursday, November 30, 2006

¿Mujer o madre?

¿Cual rol es más importante? ¿Ser madre o ser mujer?

Me considero una excelente madre pero tengo la certeza de que podría ser aún mucho mejor. Ya saben, pasar más tiempo del que uno pasa con los hijos, darle más de lo que uno le da (no importa que lo tengan todo), poder evitarle las caídas, los golpes, las heridas (las emocionales más que alguna otra), los errores, las equivocaciones. En fin, llevarlos protegidos bajo el seno para que no les pase nada.

Amo y respeto al padre de mis hijos, y aunque comprendo y acepto que sin su aportación mis hijos no existirían, siempre he dicho que mis hijos son míos. Son míos porque los cargué en mi vientre, porque los amamanté (aunque por muy poco tiempo, lamentablemente), porque me desvelé con ellos muchas veces, porque aunque él ha sido un muy buen padre (definitivamente mucho mejor que la mayoría de los que conozco), jamás podría ser lo que soy yo: madre. Que conste, le doy su lugar; lo merece y lo tiene. Pero hasta ahí.

Por eso no entiendo cómo algunas mujeres colocan en segundo plano el ser MADRE para sencillamente quedarse en el rol de mujer.

El caso de Jennifer Amigo, Bernadette Stowell y Bernadette Virkler (mujeres de William Elías) me parece insólito; pero no porque las tres mujeres vivan con un hombre o porque lo compartan (como dicen algunos por ahí – como si se tratase de un objeto o propiedad). Tampoco me parece insólito que vivan las tres juntas como tres buenas hermanitas y que lo hagan en armonía sin importar el qué dirán. Lo que me parece insólito es que hayan podido estar sin sus hijos por casi un año sencillamente por seguir u obedecer a un hombre o por establecer un precedente, o por ¿qué sé yo?

Es que no lo logro entender. Claro que entiendo que la gente tiene ciertos principios o creencias o motivaciones. Algunos hacen cosas por probar un punto o por ser fieles a sus estándares o convicciones. Algunos dicen “todo sea por la causa”. Pero cuando esas convicciones, creencias, principios, motivaciones o estándares nos alejan de esos seres a quienes dimos vida, ¿se justifican?

¿Será posible que para probar un punto o para salvaguardar mis convicciones llegue al extremo de sacrificar a mis hijos? Jamás.

Claro que tengo convicciones fuertes, pero si me amenazaran con quitarme mis hijos si no me alejo de una situación o de un individuo, ¿cuál sería mi reacción? Claro que algunos pueden decir que uno no puede ceder ante la amenaza porque eso es como admitir que uno está mal; que eso sería darle gusto a los demás. Y entonces, ¿qué se hace? ¿Se entregan a los hijos por probar un punto y no ceder a los ataques a mis convicciones?

Un año es demasiado tiempo. Es una eternidad alejada de los hijos. Y no solo para uno, sino para ellos. ¿Acaso desconocen los peligros a los que exponen a esos niños estando alejadas de ellos? ¿Será que no les importa? No puedo pensar que eso sea cierto. ¿Será que es más importante para ellas ser mujer que madre?

¿Quién sabe si quizá lo mejor para los niños sí sea estar alejados de esas “madres”?

No sé cual sea su forma de verlo (ni de estas madres, ni del que me lee), pero por lo menos yo, Mei-Ling, estoy segura de que si me viera en una situación en la que estuviese en riesgo de perder a mis hijos si no dejo de hacer alguna cosa o de estar con alguna persona, por más razón que sintiese o pensase tener, por más convicciones o creencias, sencillamente agarraría a mis hijos y me iría solita con ellos al monte (como decimos en Puerto Rico).

En otras palabras, escojo mil veces ser madre a ser mujer.


©Derechos Reservados - Mei-Ling ((-_)))

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